Actualizado el 11/09/2023
Consejos para que nuestro obsequio sea bien recibido
¿Quién no recuerda la temporada de navidad, la época favorita del año? La época en la que los regalos son los más esperados. Seguro te encantaba que te regalaran dulces, juguetes o que te dieran propinas pero no te emocionabas tanto con la ropa ¿verdad? Cuando uno es niño no se preocupa mucho por eso porque no puedes jugar con ella ni comerla. ¿Qué persona en su sano juicio le regala a un niño un par de medias? Aunque también depende mucho de la estabilidad económica de la persona ¿no?
Obviamente, los padres enseñan a sus hijos a no mirarle los dientes a caballos regalados, aunque el caballo sea de mal gusto. Pasan los años y cuando eres grande, la gente prefiere regalar cosas más generales para evitar el incómodo gesto que debes de poner al abrir el regalo (porque debes de abrirlo en frente de ellos). Es un gesto difícil de explicar pero lo intentaremos describir: Es ese gesto en el que sonríes falsamente y tus ojos pierden total coordinación con tu boca haciéndote lucir como Sheldon Cooper (personaje de The big bang theory) intentando ser sociable.
Lo peor de todo son las mentiras que vienen después: “es lo que estaba esperando”. o “te acordaste”. Es increíble que la gente se crea esas expresiones aunque tal vez no lo hagan y solo sigan la corriente para evitar la incomodidad. Para casos como estos debería haber un protocolo, algo fácil que haga que todos salgan ganando. Que nos quite de encima el compromiso de hacer una actuación digna del Oscar cada vez que recibimos algo que no nos gusta para no herir los sentimientos ajenos.
Los regalos deberían venir con boleta incluida, al menos así habría la esperanza de poder intercambiarlo por algo que en realidad te guste en la tienda. Cada familia debería de tener esa opción por navidad, al menos los que no son tacaños y realmente se preocupan por regalarte algo que te guste. Obviamente el arreglo de la boleta no se aplica a ese tío mezquino que todos tenemos, o la tía cutre que nunca quiere regalarte nada que le altere el presupuesto para las rebajas.
Si la gente tiene tantos problemas intentando comprar regalos deberían al menos averiguar qué tipo de cosas te gustan. Tal vez un libro de Harry Potter o de la saga Crepúsculo te hubiera gustado más (depende de tus gustos) que un par de medias. También sería buena idea que te den la oportunidad de darles opciones (no carísimas porque no hay que abusar) de algunos regalos que tienes en mente.
De todos modos, cualquier regalo sirve. Esas medias pueden servirte mucho en invierno. No hay que dejar de ser educados y agradecer el más mínimo regalo ya que la situación no está para hacerse el exquisito.
Poniéndonos un poco más serios, nadie está obligado a regalar nada y aunque recibas algo que no te agrada, agradécelo y solo espera encontrar la ocasión para darle utilidad.
Imagenes cortesia de «Stuart Miles»/ FreeDigitalPhotos.net
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