Actualizado el 13/09/2023
Recomendaciones para recuperarse de un mal de amores
Mi ex se llama Rocío. Estuvimos juntos durante casi cuatro años y la quería. Teníamos una linda relación hasta que, no sé por qué, empezó a comportarse diferente.
Al principio no lo noté, creí que tal vez había tenido un mal día pero su frialdad y sus miradas esquivas me hicieron temer lo peor.
Hasta que un día cuando vencí mi miedo y le pregunté qué pasaba me dijo que sentía que la relación se había enfriado, que se sentía confundida y que necesitaba un tiempo. Se lo di.
Durante el tiempo que estuvimos separados intenté convencerla a través de mensajes cariñosos que nuestra relación tenía futuro, que solo había que esforzarnos para recuperar nuestro amor pero ella seguía con sus respuestas frías e incómodas hasta que me soltó la bomba que me hizo perder toda esperanza de reconciliación y que me hizo entender que ese “tiempo”. solo era un pretexto para alejarse más de mí y no volver: me dijo que le gustaba alguien más y que ya no estaba enamorada de mí.
Como cualquiera, intenté saber quién era ese que se había metido en mi relación y después de tanto insistir me dijo que era un compañero de la universidad que conocía desde hace mucho pero que recién hace poco había empezado a ver de otra forma.
Me dijo también que el hecho de la que relación se haya vuelto rutinaria la había empujado a buscar a alguien que le diera lo que nuestra relación no le daba: emoción. Que la emoción en nuestra relación se había terminado así como la ilusión y que por eso era mejor terminar con ella y seguir cada quién su camino.
Sentí como me clavaba un puñal con cada una de sus palabras. Nunca creí que ella, la chica que amaba y que me decía que me amaba, me había cambiado por el primero que le había ofrecido “emoción”.
Después de una largo periodo de tristeza, de abandono y de súplicas (que no hicieron más que alejarla cada vez más) me di cuenta de que era hora de dejar de dar lástima, que no iba a dejar que me rechazara nunca más, que no le iba dar gusto y que era mejor continuar con mi vida.
A pesar de lo que muchos creen, cuando alguien te deja, te deja también una gran herida en el corazón pero que no queda abierta para siempre, que con el tiempo y ayuda de la gente que de verdad te quiere, se cura y puedes seguir adelante.
Tal vez tenía razón, tal vez la emoción se había acabado pero lo que no sabía ella es que después de la fase de “enamoramiento”., de las mariposas, de la ilusión, viene una fase más calmada, de costumbre, de reconocimiento en la otra persona, de seguridad en la relación. A esa etapa se le llama “ verdadero amor”.
De esta experiencia desagradable, en donde la persona que amaba me dio una patada en el trasero saqué esa enseñanza. Me di cuenta de que de todo se puede sacar algo positivo. No sé si ella siga con el chico que le iba a dar emoción, no sé si ella se habrá dado cuenta después de que lo que yo le daba era amor pero espero que la siguiente persona que ocupe mi corazón sepa apreciar lo que ofrezco y distinguir entre lo importante y lo accesorio. Entre lo que no tiene solución y lo que sí la tiene.
Sé que no soy el único, ni le primero ni el último en pasar por esta situación y por eso quisiera que las personas que lean este testimonio, compartan sus experiencias y lo que aprendieron de ellas. Tal vez sus comentarios puedan ayudar a alguien que esté pasando por esta dolorosa situación.
Image courtesy of «debspoons»/ FreeDigitalPhotos.net
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